Martes de recuerdos de viajes: vergüenzas en aeropuertos
estaba a punto de llegar, mi mochila (cargada de ropa de verano) no resistió más y simplemente explotó, es decir, se rompió el cierre y TODO su interior salió disparado en diferentes direcciones... no se imaginan mi impresión, muerta de risa y un poco ruborizada por en contenido de ropa interior, fui recogiendo mis pertenencias por todo el aeropuerto. No perdí el avión, pero demás está decir, que ahora soy mucho, pero que mucho más precavida a la hora de hacer mi equipaje.
Pero el mejor cuento de vergüenzas en aeropuertos, es definitivamente el de mi amiga Emily... Estando en Caracas, Emily necesitaba llegar rápido al aeropuerto para pasar las navidades con su padre en la Isla de Margarita. Como había demasiado trafico, Emily convenció a un moto taxi para que la llevara al aeropuerto que queda en las afueras de la ciudad. Mi amiga es morena, con cabellos muy ondulados, pero siempre lo lleva alisado. Cuando Emily llegó al aeropuerto se sacó el casco, su cabello era liso hasta la mitad y el resto era una maraña. Ella que es puro glamour ¡se queria morir!, pero eso no fue nada, cuando puso el pie en el piso, se dio cuenta que el motor de la moto había le había hecho un agujero al tacón de sus botas... ella respiró profundo y mientras caminaba cojeando sacó el cepillo para peinarse, resulta que debido a lo enmarañado de su cabello, el cepillo se quedó atascado y no podía salir de su cabeza... asi llegó Emily al mostrador de la linea aérea, sudada, cojeando, y con el cepillo enredado en sus cabellos.
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